Sabían que en Albuquerque, Nuevo Mexico. Estados Unidos. Están las estatuas de los célebres personajes de la famosa serie Breaking Bad. Pero la oposición está en contra de este monumento.

Las dos estatuas de bronce de 227 kg fueron encargadas por el creador de Breaking Bad, Vince Gilligan, y la productora de la serie, Sony Pictures Television, al escultor Trevor Grove.

Las dos estatuas fueron entregadas a la ciudad de Albuquerque como agradecimiento por su hospitalidad durante el rodaje de la legendaria serie.

La ceremonia de inauguración, fue el 30 de julio de 2022, contó con la presencia del alcalde de Albuquerque, Tim Keller, y los protagonistas White y Pinkman, ósea, Bryan Cranston y Aaron Paul.

Tim Keller dijo que acogía con satisfacción las estatuas porque el espectáculo tendría un impacto positivo en la economía local.

Aunque sea una ficción, los puestos de trabajo que crea son reales. La ciudad también es un personaje de Breaking Bad, que permite a la gente mirarse a sí misma desde diferentes ángulos, buenos y malos, y hacer autocrítica.

A pesar de que el reconocimiento a la obra televisiva fue hecho con las mejores intenciones y que solo podía reportar beneficios dada la gran popularidad y aceptación de las peripecias de White y Pinkman, que han atraído al turismo desde hace años, ya se sabía que iba a ser un tributo controversial.

El creador de la serie comentó durante la revelación de las estatuas que “hay a quienes no les va a gustar, pero en estas obras de arte yo veo a dos de los mejores actores americanos, en su personaje: figuras trágicas, famosas a nivel mundial, que nos cuentan una trágica historia de advertencia”.

Las estatuas de Breaking Bad también tiene detractores

Pero esta obra de arte, tiene detractores en la oposición, como Eddie Aragon, el comentarista de radio ultraconservador que perdió las elecciones a la alcaldía de Albuquerque frente a Tim Keller, es uno de los que más se oponen a dejar estatuas en lugares públicos de la ciudad. Incluso afirma (erróneamente) que la ciudad está «patrocinando» este indecoroso homenaje.

Rod Montoya, por su parte, sostiene que la medida es literalmente una «decisión para glorificar a los productores de metanfetamina», según declaró en Fox News, el canal más apoyado por la oposición.

El congresista republicano Rod Montoya, que va de la mano de Aragón, también quiere que los protagonistas del drama «salgan de su terreno».

El político se alegra de la contribución de la serie y la película Breaking Bad en la economía de la ciudad y del estado, pero no de su contribución real a la comunidad, porque «eran malvados narcotraficantes en la televisión».

Aragón, con una retórica engañosa, califica el programa de documental, como si eso fuera algo malo. Además, dice que «refleja el estado del problema del narcotráfico en Nuevo México», como si reflejar el problema fuera una «provocación».

Pero no solo eso, también acusa a Jesse Pinkman y a Heisenberg de «retratar a Nuevo México bajo una mala luz» en relación con el problema de las drogas en Estados Unidos.

Está claro que el espejo, como dice Keller, no es una herramienta de autocrítica para Montoya y Aragón, sino una fuente de vergüenza que hay que ocultar.

Bueno, veremos en que termina este conflicto y si las estatuas permanecen o no en Albuquerque.